Ingredientes (pongo las cantidades que utilicé yo)
Media cebolla
Champiñones (5 o 6)
Orejones (un par de ellos)
Medio kilo de pechuga de pollo
Vino blanco
Aceite de oliva, sal, pimienta, tomillo y romero
Aceite de oliva, sal, pimienta, tomillo y romero
Mientras calentamos el aceite de oliva en una cazuela troceamos la cebolla, y hacemos lo mismo con los champiñones una vez limpios. Cuando ya el aceite está caliente echamos la cebolla y los champiñones y dejamos que se vayan pochando. Salpimentamos al gusto.
Cuando veamos que la cebolla se ha vuelto transparente (al de 10 minutos aproximadamente) añadimos los orejones (que habremos troceado en trocitos pequeños previamente) y un buen chorretón de vino blanco.
Dejamos que se haga todo hasta que el vino blanco se haya reducido (el alcohol se habrá evaporado y parece que no queda nada o muy poco juguillo). En ese momento echamos la pechuga de pollo, que habremos cortado en tiras o dados, como más nos guste. Salpimentamos de nuevo si nos parece, y echamos el tomillo y el romero. Por supuesto no hay porqué utilizar estas hierbas si no nos gustan o si no disponemos de ellas.
Tapamos la cazuela y durante 10 o 15 minutos dejamos que se haga la pechuga, que se mezclen los sabores (removiendo de vez en cuando). Cuando veamos que la pechuga de pollo ha alcanzado el punto que nos gusta, apagamos el fuego y a disfrutar del plato. On egin!!
Madre mía qué buena pinta tiene, si necesitáis voluntarios para probar platos, me apunto sin dudarlo un momento.
ResponderEliminarBesitos.
Jajaja, gracias por tu comentario! Lo tendremos en cuenta ;-)
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